Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones nos vence en una cruenta batalla el miedo. Porque aunque no lo admitamos tenemos miedo. Miedo a no triunfar y por ello ni siquiera lo intentamos. Miedo a lo desconocido, cuando realmente siempre es lo que conocemos lo que nos hace daño. Miedo al cambio. Miedo a la superación.... Lo peor de todo es que tenemos envidia de los que no tienen miedo, o de los que consiguen combatirlo: de los que luchan, de los que cambian, de los que se superan... Esta envidia nos vuelve crueles, les infravaloramos, hacemos lo imposible para que no consigan sus metas... Y muchas veces lo conseguimos...
Jack