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miércoles, 19 de febrero de 2020

2018


Creía que mi vida dejaría de ser interesante
y que se iría rápido el verano por las tardes;
pensaba que nadie volvería ya a mirarme
como si estuviera contemplando un espejismo;
y que no querrían retrasarse los aviones
solo para ajustarse a mis necesidades,
según me perdiera o encontrara en estaciones.

Creía que ya no se pondrían de mi parte
tantas casualidades;
que no volvería a encontrarme con alguien
al bajar con mi deseo y su deseo cada calle;
pensaba que el Sol no volvería a cruzarse
con un cuerpo desnudo
en su trayectoria por el suelo de mi cuarto.

Pero he de decirte que el amor no es estúpido
y que, a pesar de todos mis fracasos,
si le haces elegir entre tú y yo, su magia
acabará adelantándose a mis pasos;
o que, si la vida se deshace de su hacer extraño,
ya volverá a hacer para mí todo,
y serás tú el que se quede sin nada.

miércoles, 18 de diciembre de 2019

No hay nada

Después de tu abrazo,
de tu presencia poco a poco esperada,
del conocido trazo duro
de tu espalda;
después de que mis manos nerviosas
llegaran a tocarte
sin saltar lejos de nuevo, asustadas,
después de agarrarte definitivamente
y que tú te quedaras,
después no queda nada.

¿Cuándo terminará?
¿En qué momento estallará el disgusto,
se barrerán mis manos de tus manos,
volverá a ser tu número unos números,
me cazará la noche sin que sepa
adónde andan tus pasos?
¿Qué hay entre el abrazo y el abrazo?

No hay nada después de nosotros,
nadie estudia desesperadamente
el movimiento de los astros lejanos,
el sutil hacer
del tiempo y el espacio.
El tiempo es todo abrazo,
todo piel, todo tú.
No hay espacio entre mi cuerpo y el tuyo,
si te acercas más,
no hay nada entre el abrazo y el abrazo.










domingo, 6 de octubre de 2019

Mapa de luz


Cómo vivir ahora en las ciudades
sabiendo que en alguna montaña
muy cerca de mi piso de Madrid
y alejada por todos los silencios
-que son uno-
caminas tú.

Cómo pueden sostener los edificios
toda la rabia caliente del cemento
cuando en algún lugar pasas la mano
por el tronco de un árbol
-columna de dorados-
y sigues caminando.

Cómo respirar ahora nuestro humo
cuando tú caminas para sentir el aire
y te siente el aire a ti, y te respira
y te vuelves de nuevo hacia la noche
sin pausa y sin prisa
para que llegue el día.

Cómo pueden pasarse las semanas
sin que yo sienta el tiempo y que tú sientas
que el tiempo es infinito
y que hemos tenido
todo el tiempo del mundo
tejido entre las copas de los pinos.

Cómo puedo dormir ahora bajo techo
si hay miles de constelaciones
cuidando de tu sueño
que lamentan que me perdiera aquí:
tan lejos del contacto de tu cuerpo,
tan fuera de su mapa de luz.



viernes, 16 de agosto de 2019

Y tener de tu parte las canciones.


Quien se queja de haber perdido un amor
no debe de haber perdido nunca un buen amigo.
Un director de cine, loco y español,
llegó a decirme que:
“Me interesa el amor,
y mucho más la amistad.”
Y tenía razón.
Ojalá me hubieran partido el corazón
para estar llorando con motivos
y tener las canciones de mi parte.

De mi parte solo quedan los grillos
-les pediría ahora que se callen-
y fotos impresas con cariño
en las que salimos con rostros redonditos
abrazados más fuerte
que el abrazo más fuerte que nos dimos
desde que estoy perdiendo el uso de razón.
Escribo poemas
cada vez que tengo ganas de llorar
y solías leerlos conmigo.
Ahora solo escribo poemas
mientras tú duermes
con la conciencia limpia
de cualquier verso mío.

Me gustaría decirte que tu ausencia
es mayor que una ciudad ausente
y que los bancos en que nos tumbábamos
solo para quejarnos
hasta que los grillos se cansaran de nosotros
parecían el regazo de la noche.
Me gustaría decirte que soy persistente
en echarte de menos
y escribirte poemas,
aunque ya no me quieras
y me leas a medias.


JC


jueves, 25 de julio de 2019

El discurso del caos (parte 1).


He aprendido que quererme
es fingir que me quiero,
y que puedo ser lo que yo quiera
sin llegar a querer nunca lo que soy.

En mí los pensamientos
son solo sentimientos con palabras,
y muchas veces no son las adecuadas
y últimamente no saben decir nada.

Tengo cientos de ellas anotadas

en hojas de papel mojado
en alguno de los pisos que alquilé.
Suelen hacerme preguntas:
Por qué solo me enamoro en los inviernos,
y por qué, en algún momento,
dejo de querer.

martes, 16 de julio de 2019

Un mal sueño


Todo ha sido un mal sueño.
No estás escuchando
el rugido de trenes colosales
cruzando por encima de tu cuerpo.
No llama a tu ventana
la campana de viento
que tu madre ha colgado en el jardín.
Cuando despiertes,
sabrás dónde estás exactamente
y si te encuentras sola.
- Ese hueco en el hombro
todo el mundo lo tiene,
aunque lo eches de menos-.
Quiero decirte que todo va bien,
que solo ha sido un mal sueño.
Y que no estás en Tokio.
Nunca estuviste allí.
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Luego ella dice: Yo no estoy en Tokio todo el tiempo; estoy también las ciudades en las que he estado antes y en las ciudades en las que estaré luego. Tú en cambio estás en Tokio como si no hubieras estado nunca en otro sitio

Ray Loriga. Tokio ya no nos quiere

sábado, 20 de abril de 2019

次は西船橋、西船橋です。お出口は右側です。


Me miro en el reflejo
del cristal de delante
de trenes infinitos.
Trajes, cuerpos cabeceantes,
y silencios larguísimos.
Atravesamos ríos,
colinas, edificios,
podría estar aquí
desde hace tiempo antes
y quedarme dando vueltas
todas la noches
                  -desde aquí,
hasta entonces-.
Me miro,
solo porque es imposible
no mirarse.
Todos están cansados,
pero yo estoy triste
y cuando me lo dicen,
finjo estar cansada.


Quizás mintamos todos
y solo estemos tristes,
o no tengamos tiempo
para sentir nada.