Llevo
besos cortados en la frente
e
inherentes unos labios que se afilan;
llevo
ideas incendiadas por la espalda,
un
torrente de lava que se apaga
y
sueños que desvelan el papel.
Ahora
que la tinta prende con la vigilia
hay
miedo de que quemen las palabras;
no
me duermen las letras que me arden,
duermen
los nombres y los sellos
que
las velas ciegan sin llegar a firmar.
Esta
noche, las ascuas enemigas
van
al cortafuegos que perfila la aurora;
un
poema palidece con el alba.
Tus
versos, rociados por la espalda,
la
idea que se incendia y no calienta.
Akai. JC.
Poema a dos manos.
Poema a dos manos.