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miércoles, 21 de octubre de 2015

A Bécquer

A veces me imagino a Bécquer
tratando de encerrarte en su círculo de hierro,
pensando que él era la copa y el canal
de los milagros que guardabas entre espinas.
Del oro que escondías entre arena,
de un oro que él decía,
era difícil de encontrar.

Y pienso,
“qué enorme estupidez”
mientras me tiemblan las líneas
que he leído de él y me seduce
el acierto de su ritmo.

Y era él mismo el que decía
“mientras exista una mujer hermosa
… habrá poesía”
Bécquer, te contradices,
porque aun muriendo cada mujer en el mundo
todavía quedaría ella.
… Todavía quedarías tú.

No trates de vestirla con tu círculo de hierro,
tú hablabas de una puerta y tú mismo la has cerrado.
Las palabras no son lo único que existe
en la literatura,
el todo es más que la suma de las partes
y entre las millones de constelaciones
que puedes hacer con tu
“necio, mezquino idioma”
seguro que habrá alguna,
que habrá alguna,
que te alumbre.

Nada es imposible
para la literatura, Bécquer,
tú has sangrado en la pluma
y te has negado a ti mismo.
El círculo de hierro del que hablas
lo dejaste en el camino hacia tu tumba.

No podrías contradecirme,
aun viviendo,
porque donde habite el olvido,
ahí no,
ahí no estás.

Bécquer,
si a ti mismo pudieras mirarte...

verías literatura.

JC

domingo, 4 de octubre de 2015

El secreto.



He visto la llave más dorada del mundo.

Pende del revoloteo de una sombra entre el día y la noche. Abre esa ventana cuyas cortinas velan encuentros. A veces la miramos como el mechón de una mujer amada en el siglo diecinueve; no podemos tenerla, pero la tenemos, como los hombres que no pueden controlar el tiempo, y aman los relojes. Solo existe entre las siete y las nueve, en otoño, así que bésala entonces o no la beses. Termina esperas y abre confesiones. Siempre desaparece, y no puede perdurar ni en el recuerdo. Porque no es nuestra, nosotros nunca tendremos esa llave.

JC




sábado, 26 de septiembre de 2015

Que ya no sé si voy o vengo.

Algunas veces me pierdo,
otras creo que me encuentro.
Algunas veces recuerdo,
otras prefiero el olvido.
Algunas veces suspiro,
otras le grito al viento.

Jack.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Tormenta.


Caen gotas frías de plutón en una tarde gris, de un cielo gris, uno tan profundo como mirar al universo y sentirte un punto dentro de un libro eterno.

Empieza una tormenta que la empuja, con más furia que prisa, el Viento Polar que acuchilla hasta los huesos, sin tacto pero con acierto, jugueteando pero sin miramientos.

Ver una radiante luz cayendo del cielo, dibujando venas a las nubes, como si fueran dioses volviendo al suelo, iluminando caminos en un bosque salvaje del que es imposible salir sin el más leve corte.

Cerrar los ojos y sentir en el cuerpo el sonido de un trueno que, aunque caiga lejos, rompe el alma por dentro, con el crujido de un árbol cayendo.

Jack.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Nómadas.

Adiós, tengo que deciros
que no quiero más besos,
más abrazos
- demasiado tímidos-.
No quiero más deseos encontrados
de vernos otra vez,
en otro sitio.
No quiero más postales en el marco,
más recuerdos de caja de zapatos.
No quiero más tristeza en mi diario.
No quiero la esperanza
de veros en París, en Grecia o Roma,
de veros en cualquiera y de milagro.
Me quedo o no me quedo
con vosotros;
venís o no venís
(y a cualquier precio).
Viernes, sábado, lunes y domingo.
Marzo, agosto, invierno, otoño.
Os cambio por cualquiera de mi lado
- y es cruel pero no importa-,
porque no quiero más pedazos de vosotros,
no aguanto más mordiscos en el alma,
prefiero una familia sedentaria
y no llevar vuestro nombre en la mirada.

JC

sábado, 8 de agosto de 2015

Trastero.

Hay algo casi obsceno
en desmontar los viejos marcos
y dar la vuelta a las fotos
que coloqué con mimo mucho antes.
Hay algo esquizofrénico
en las frases que dejé anotadas
en todos los reversos
y es algo natural
haberlas olvidado
después de tanto tiempo.

Hay algo enormemente triste
en intentar capturar los recuerdos
en láminas de diez por quince
y en billetes caducados
en cajas de zapatos.
Hay una bofetada
a mi yo del pasado
cuando escondo en bolsas de basura
lo que antes exponía
encima de la cómoda.
Hay arrepentimiento
en los tijeretazos
que han matado cuadernos
y fotos y diarios,
sobre todo en las noches de invierno
cuando se me olvida
que ya no tengo quince años.

Hay un poco de traición
en deshacer los pasos que un fantasma
conservó sobre el polvo,
y una negación hipócrita
al desprenderse de todo
para poder buscar
nuevos trozos de plástico.
Y trastos que venerar
hasta que terminen
pudriéndose en el desván
de un día para otro.

Hay odio
como en el aullido de un perro abandonado
y en el árbol que despluman
y encajonan
después de navidad.
Y en la maceta
que alguien dejó tirada
atrás en la mudanza,
y en la esclava que toda abuela
regala con el bautizo
y en la sábana que protege
los muebles del polvo
aunque nadie los vaya usar.
Es enormemente triste
que dejemos a nuestro paso
tanta vulnerabilidad inútil
tanto síndrome de Diógenes
y a la vez
tanto deseo hipócrita
de volver a ser
quienes guardaron
con tanto mimo

nuestra debilidad.

JC

martes, 16 de junio de 2015

Carta a alguien ya desconocido.

Querido amigo después de tanto tiempo (tanto que seguramente ya este en tu olvido) hoy te escribo para pedirte algo: ven, te necesito.
Necesito el abrigo de tus manos rodeando mi ser, que cures las heridas de mi cuerpo herido. Sé que quizás no lo merezco después de tantas noches y de todo lo sucedido. Sé que ya nada es lo mismo, que todo es distinto. Pero también se que no soy tu olvido y que yo no te daría por perdido.

Querido amigo, tengo tanto frío..

Jack.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Nothing gold can stay.

Ayer decían por la tele
que solo hay una hora, un minuto
un instante
para atreverse
y que no siga “desmayarse, estar furioso...”.
Pero cada hora se repite cada día
cada día hay un inmenso mar dorado,
cada día
cada uno se acuesta pensando
en el día siguiente
en las horas que ya han pasado
y que serán solo un poco diferentes
mañana por la mañana.

Ayer decían por la tele
que el amor
solo entiende de momentos
pero ayer solo es ayer
un minuto atrás de hoy
y que es lo mismo.

Así que el instante del poema
del beso que antecede aquel abrazo
es siempre;
y la aguja que gira un reloj
acaba perdiendo el norte
y el día que da dos vueltas
tiene cuerda para cuatro.

Un momento es más que suficiente
para todo el rato
y si te pierdes un atardecer
volverá al día y al siguiente
y se irá
y no importa porque
el mar dorado
siempre desaparece;
y dura solo y tanto
como el instante de siempre.


JC
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Nothing Gold Can Stay

Robert Frost1874 - 1963

Nature’s first green is gold, 
Her hardest hue to hold. 
Her early leaf’s a flower; 
But only so an hour. 
Then leaf subsides to leaf. 
So Eden sank to grief, 
So dawn goes down to day. 
Nothing gold can stay. 
__________________________

miércoles, 4 de marzo de 2015

Autorretratos

Hijo bastardo de un filósofo,
prófugo de la vida,
ladrón de rimas perdidas,
espía de lo que nadie mira.

×-×-×-×-×-×-×-×-×-×-×-×-×-×-

Sombra que un sol proyecta,
Retrato vago,una vaga silueta.
Mitad imperfecta de una mitad perfecta, 
viento que golpea una veleta.
Curva de un intento de recta.
Si me ves seguro que no soy lo que piensas.













×-×-×-×-×-×-×-×-×-×-×-×-×-×-
Ahora que soy silencio
las palabras vienen a mí.
Ahora que soy silencio
tengo tantas cosas que decir...

×-×-×-×-×-×-×-×-×-×-×-×-×-×-















Despertó aletargado y se levantó de la cama. Descubrió que lo tenía todo, y que no tenía nada. Corrió la persiana y en su ventana vio un pájaro que soñaba con alzar el vuelo. Aleteaba con miedo mientras cantaba una vieja canción que ya a nadie le sonaba.



Jack.

viernes, 27 de febrero de 2015

Aire de aire.

No entiendo lo que dices
si de tu boca soplan con su aliento
los cuatro puntos cardinales;
si llevas en los ojos
entero el alfabeto
tratando de recordar
las frases que te formaste.

No puedo peinarte,
si llevas mil secretos
enredados en el pelo
con aire de todas partes
con viento de todo el viento.

No te doy nada y cargas
con esa ausencia en el pecho;
una vida por delante
no es libertad, es contingencia;
vacío frío, inconstante,
punto perdido en el cielo
pequeño soplo de aire.

Coge mi caja de música,
ya no tiene bailarina;
una foto de colores
que solo son blanco y negro;
yo no puedo responderte
ni peinarte, ni cuidarte,
no te doy nada salvo nada

y eso es todo lo que tengo.

JC

lunes, 5 de enero de 2015

Pide un deseo.

Nuestros caminos son los mismos que la cruzada de las gotas al resbalar en el cristal. El sacrificio ciego de más de su mitad por una estela de agua condensada. El aroma de las flores que admiramos no es más que un pedazo ya desprendido de sus pétalos, partículas condenadas a perder contra la gravedad. La lluvia es nube que muere y se estrella contra el suelo, no sin antes llevarse todos los demás naufragios. Y el buitre más grande de los cielos se llama noche; y le encanta alimentarse de la luz.

La vida no es vida sino pérdida, desde el primer momento. Desde la primera estrella que se quemó a sí misma para poder decir “mira qué bonita soy”. Para vivir, hay que matarse lentamente, esa es la regla más dura de la vida que, cómo no, no es regla sin contradicción. Y a cambio de esta fecha de caducidad solo nos da una cosa: el sentimiento de haber sido gota, y lluvia, y flor, y estrella... De ser la nota que tarde o temprano dejará de vibrar en la fibra de sus cuerdas, pero que sabe que, sin ella, no hay música.

JC