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lunes, 30 de enero de 2017

Oscuridad.

Serán tuyas esas manos de gigante
con que llevo soñando desde niña.
Y hacia dónde me guías cuando bailas
y dónde puedo buscar la tumba que destruye
tan silenciosamente tus latidos,
y qué hago si la canción no acaba
y se ha quedado noche todo el día
y el último mes es una sola noche.
Cómo tengo ahora miedo de las palabras,
por qué lo que te callas da más miedo todavía,
cuánto más alargaremos las metáforas,
dónde estarán la realidad y la ficción
cuando separes la verdad de la mentira.
Y si no me guías a ninguna parte,
y si tu pulso acaba por dejarme sorda,
y si mis libros no responden a tus dudas,
y si aún puedo marcharme, y decrecer
y ser niña, que sueñe con manos de gigante
con compases más fáciles; con chicos, no hombres,
en mi simulacro adolescente de la vida,
y conformarme con parejas de baile más cobardes
y letras menos inverosímilmente terroríficas.
Resultado de imagen de rayuela

2 comentarios:

  1. La noche dura ya meses, nunca ha habido separación entre realidad y ficción.

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